miércoles, 25 de noviembre de 2015

3 o el número mágico de la supervivencia.

Establecer prioridades es una de las bases de la supervivencia.
Si tuviéramos que asignar un número de la suerte a todos aquellos entusiastas de la supervivencia y el bushcraft, ese sin duda sería el 3.

Esto es así porque, en términos muy generales el ser humano puede sobrevivir a:
  • 3 minutos sin oxígeno.
  • 3 horas a temperatura extrema.
  • 3 días sin agua.
  • 3 semanas sin comida.
Evidentemente, existen seres humanos que aguantan más de 3 minutos sin oxígeno, o más de 3 semanas sin comida; eso es algo que va en la condición física de cada uno y en el entorno donde se encuentre. No es lo mismo una persona obesa, que una persona famélica. Como no es lo mismo 3 días sin agua en el desierto, que 3 días sin agua en un bosque templado (difícil no encontrar agua en este último sitio en tres días, todo hay que decirlo).

Lo importante es priorizar.

Estas pautas las tenemos siempre presente, nos ayudan a mantenernos alerta y a analizar la situación en la que estemos en un segundo. También tenemos que tener presente la preparación mental. Al igual que debemos entrenar nuestro cuerpo y nuestras habilidades en el medio natural, también es necesaria una mentalización diaria y cotidiana por si llega el día en que dependamos de nosotros mismos. En este post hablo más detenidamente sobre la "mente del superviviente" o preparación mental.




Es mejor y más económico "llenar tu cabeza" que "llenar tu mochila".
Trazar un buen plan una vez analizada la situación y seguirlo a menos que las cosas no vayan como se esperaban, es la mejor manera de garantizar nuestra seguridad estemos donde estemos. Tener en cuenta el Protocolo A.C.R. en todo momento y no descuidar ninguno de sus puntos.Tener siempre la cabeza fría, pocas cosas hay que nos vuelvan tan vulnerables como un ataque de nervios o que en el grupo se contagie un sentimiento de derrotismo. Como intentamos decir siempre: "Espera lo mejor, y prepárate para lo peor". Y por último, establecer objetivos claros, posibles y concisos (recoger leña, vigilar el perímetro, traer agua del río más cercano) esto hará que estemos siempre ocupados y concentrados, manteniendo la satisfacción del trabajo bien hecho, alejándonos de ese temido 3.

La soledad.

Hay quien añade a esta lista una quinta máxima y es "3 meses a solas", es decir, sin compañía. A partir de ese tiempo se supone que nuestra psique es susceptible de sufrir un colapso por la soledad y el estrés de la situación, provocando ansiedad, depresión, paranoia, delirios e incluso tendencias suicidas. A esto hay que añadir que en tres meses una persona en soledad en un medio natural desconocido es muy probable que sufra algún tipo de accidente que lo incapacite; ya sean heridas o quemaduras infectadas, fracturas, luxaciones, ataques de animales, envenenarse o caer enfermo, son infortunios que pueden llegar a ser letales si no hay nadie que nos pueda ayudar.

Mantenerse ocupados siempre es mejor que quedarse parado en la soledad.

Conclusión.

No está de más tener siempre "el número tres" presente y obligarnos a estar física, mental y técnicamente preparados para lo que pueda ocurrir. Tener siempre un plan A, un plan B y el siempre olvidado plan C, estableciendo nuestras prioridades que nos garanticen el éxito. No es necesario caer en la paranoia y dejar de vivir el día a día. Simplemente hay que aceptar nuestra fragilidad como seres vivos, y a su vez, valorar la potencia que tenemos en el cerebro para sortear los avatares del destino.

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